Empresa centenaria, fue fundada por su tatarabuelo, quien la trasladó a Organyà, en 1915, donde se reunían las condiciones climáticas óptimas para la curación de embutidos.
Actualmente, son cinco los hermanos que la gestionan, representando la quinta generación de la estirpe Obach.
Sus productos se pueden encontrar en las mejores charcuterías y tiendas especializadas de todo el mundo, especialmente Barcelona y Madrid, estando presente en más de 1.300 clientes. Han arrancado con la exportación a través de operadores que trabajan con productos gourmet, empezando ya a estar presentes en mercados como Holanda, Bélgica y Francia. Por último, cuentan con dos tiendas propias, gestionadas directamente por dos de los hermanos, lo que les permite captar de primera mano la opinión del cliente, para así mejorar de forma rápida y dirigida.
Su propósito, escrito, es dinamizar el territorio haciendo productos de excelente calidad, de forma natural, con la mejor materia prima, de proximidad y finalmente sin gluten. En ese orden. Si un producto no cumple la primera de las características – ser excelente en calidad – no lo arrojarán al mercado. Esto lo deben hacer de manera sostenible y respetuosa con el medio ambiente, integrando y cuidando de manera muy especial a 'nuestra gente' – todas las personas que son parte del proyecto, a los que deben vincular con la misma pasión que tienen ellos.
Desde hace un año ampliaron la gama de productos, adentrándose en el mundo de los platos preparados, también siguiendo el mismo patrón que les viene guiando durante más de un siglo. Ya tienen en el mercado canelones y croquetas de excelente calidad, hechos con pollos de payés de Solsona, verduras de proximidad, leche de un pequeño productor a tres kilómetros de su obrador y, como no han encontrado que nos convenza, haciéndose la pasta sin gluten ellos mismos.